Lo último que hay que saber para escoger vino

Encontré esta nota sobre vinos, que seguro te va a interesar. A leer!!!

Bien, ahora ya se ha aprendido los nombres de decenas de variedades de uva y regiones de vinos y todas (bueno, casi todas) los Cru Classés de burdeos. Puede citar con facilidad los mejores borgoñas y viñedos famosos como el To Kalon, en Napa. Pero aún no ha terminado.

Ha llegado la hora de aprender la última información imprescindible: el lado "sucio" del vino. No se trata de la región geográfica, la uva o el viñedo, sino lo que hay sobre la superficie del terreno, donde las raíces de las viñas se hunden en la tierra que (supuestamente) da a un vino su verdadero carácter y calidad. El tipo de tierra es la última forma de clasificar un vino.

En los restaurantes Husk, ganadores del premio James Beard, en Charleston, Carolina del Sur, y en Nashville, la carta de vinos está organizada por el tipo de roca (caliza, granito, pizarra, volcánica...). Bajo "caliza", encontrará un blanco portugués; bajo "granito", dos tintos Beaujolais de Fleurie.

Más y más vinos comienzan a destacar el tipo de roca desde la propia botella. Los primeros cabernets de la nueva plantación del multimillonario argentino Alejandro Bulgheroni en Napa, que se lanzarán el mes que viene, incluyen dos vinos en su línea denominada Litología. Cada uno incluye un tipo de roca diferente en la etiqueta.

El productor cinematográfico y emprendedor vinatero Mark Tarlov y el floreciente enólogo borgoñón Louis-Michel Liger-Belair, que están tras las bodegas de pinot noir Chapter 24 Vineyards, en Oregón, también persiguen la importancia de identificar la tierra en la etiqueta en sus vinos Fire + Flood.

"Si prefiere Fire", explica Tarlov sobre su pinot que crece en terreno volcánico, "le gustará el vino de roca volcánica, con sabores ahumados y salinos, como los del Etna en Sicilia. Los que prefieren los Flood [cultivados en suelo sedimentario] son personas de río, que escogen vinos flexibles, más redondos, y más suaves, como el burdeos".

La idea subyacente, por supuesto, es que el suelo volcánico da una nota de sabor independiente de la uva o la región, se trate de California o Italia o Nueva Zelanda. Los enólogos dicen que el tipo de terreno influye mucho en la personalidad del vino en la copa, dando a los mejores un distintivo "sentido de pertenencia".

Es cierto que el concepto de que se transmitan sabores específicos de las rocas al vino no es algo que esté precisamente avalado por los científicos. "La geología del viñedo no se puede saborear en el vino de ninguna manera directa", explica el doctor Alex Maltman, geólogo de la Universidad de Aberystwyth. Pero muchos vinateros siguen convencidos. Lo que significa que los amantes del vino deberían prepararse.

Piense en la nueva obsesión por las rocas como la última extensión del tradicional concepto francés de "terroir".

"La tierra vuelve a estar de moda", ha declarado la suma sacerdotisa del vino natural Alice Feiring, cuyo nuevo vino, The Dirty Guide to Wine (La guía sucia del vino), se publicará en junio. Pretende transmitir el amplio mundo de los suelos de una forma entretenida y personal, que ofrezca útiles ?listas de referencia? que relacionen la roca, las regiones y las uvas. Feiring señala acertadamente que la viticultura orgánica ayuda a que destaquen las diferencias en la copa siempre que los enólogos emparejen la uva adecuada con el suelo adecuado. Yo también me lo creo.

Extraído el portal: Economíahoy.


Artículo Anterior Artículo Siguiente