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El origen del vino se remonta hace unos cuantos miles de años, aunque aún no se puede especificar la edad exacta del mismo. Sin embargo, se sabe que éste ha estado entre los humanos desde el año 3.000 A.C a partir de su expansión por el antiguo Egipto parte de Asia y Europa. Desde entonces, el vino ha formado parte de la cultura de muchas civilizaciones, donde éste se ha permitido evolucionar a lo largo de los años.
La mayoría de conocedores de vinos disfrutan del placer que transmite esta bebida con su olor, sabor, aromas y textura; los cuales podrán ser diferentes según diversos factores.
Sin embargo, principalmente se pueden destacar las uvas con las que han sido preparados los vinos, como Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Shiraz, Malbec, Zinfandel y Tempranillo; así como el tiempo en barrica. Conocer dicha información permitirá al individuo hacer una mejor elección, por lo que a continuación se detallan algunas características
- Cabernet Sauvignon, el vino con mayor popularidad. Se caracteriza por producir vinos de cuerpo, tener un color con tono intenso y poseer un aroma a especias, cerezas y según el tiempo de barrica, se puede ser más o menos un ligero toque a vainilla.
- Merlot, se caracteriza por ser poseer un sabor apto para la mayoría de personas, sobretodo aquellas que no son fanáticas del vino, su color es azulado oscuro por las moras con el que es preparado, su sabor tiene profundidad e intensidad, sintiéndose un tanto afrutado pero sin dulzura.
- Pinot Noir, un tipo de vino característico por las uvas que posee, ya que éstas se diferencian de otras por la forma de los racimos (cónica) y lo apretados que están unas de otras. En cuanto a su sabor, éste se considera un tanto delicado y con cierta frescura, aunque con mayor acidez. Sin embargo, el vino Pinot Noir puede variar en cuanto su personalidad según el sitio donde se produzca.
- Shiraz, un vino que ideal para acompañar con carnes, con un sabor suave y una textura de terciopelo; es elaborada con las uvas syrah y el toque a caramelo que se encuentra en él es gracias a las barricas de roble en el que reposa.
- Malbec, vino que suele mezclarse con otras variedades como el Cabernet Sauvignon. Es ideal para comidas de sabores fuertes en cuanto a especias y picantes.
- Zinfandel, uva utilizada tanto para crear vinos tintos, como rosados y blancos. Éstos suelen tener mayor grado de alcohol, para aquellos que les gustan los vinos con cuerpo. Además, al igual que el anterior, es ideal para comidas fuertes. Entre sus sabores, encontramos moras, vainilla y cerezas, siendo posible también un toque similar a la carne seca.
- Tempranillo, un vino con mayor acidez y en el sabor es posible distinguir moras, uvas oscuras, tabaco y hierbas; ideal para acompañarlo con quesos y pastas.
- Albariño: es una uva menuda y que tarda en madurar, característica de los suelos gallegos. Con ella se elaboran vinos blancos como condes de albarei. Es bastante agradable, de textura aterciopelada y produce una sensación fresca.
Por otro lado, también se puede considerar el tiempo en barrica de los vinos, el cual puede ser según su período de reposo, los cuales son cosecha, crianza, reserva y gran reserva. Además, según el mismo dependerá el tiempo de vida en la botella.
- Los vinos de cosecha son los jóvenes que sólo han estado entre 0 y 6 meses en barrica; el cual no tiene un tiempo específico en botella.
- Los de crianza por su parte, están por seis meses en barrica y logran unos 18 meses de vida en botella.
- Los de reserva están 12 meses en barricas y logran hasta 36 meses de vida en la botella.
- Finalmente los gran reserva con aquellos que están en barrica por 24 meses y obtienen unos 36 meses de vida en la botella.
¿Qué factores considerar al elegir el vino?
Una vez se tiene idea acerca de las uvas utilizadas y su tiempo en barrica, existen otros aspectos que deben tomarse en cuenta, como el gusto, ocasión, presupuesto, etiqueta, color, alcohol, olor y sabor.
- El gusto de cada persona puede variar, por lo que debe considerarse el estilo de vino de su agrado principalmente.
- La ocasión también es importante, ya que es normalmente no es igual elegir un vino para cenar en pareja que para hablar de negocios, por ejemplo. Además, si se va a comer algo existen mejores opciones para cada tipo de alimento.
- El precio no puede ser uno de los principales factores, ya que éste no indica que un vino es bueno o que será el ideal para la persona u ocasión; sencillamente se utiliza para tomar la decisión final.
- Hay que saber leer la etiqueta del vino para poder entender de qué se trata, como el tipo de uva y cosecha (que mencionamos más arriba), y la región donde fue elaborado.
- El color permite saber la intensidad y frescura del vino, al igual que la condición del mismo, que suele ser rojizo para los tintos y color oro para los blancos, cuando éstos están aún en buen estado.
- Los grados de alcohol por su parte, son los que le dan cuerpo al vino, lo que puede traducirse como viscosidad. Si el vino tiene menos de 10.5% es ligero, entre 10.5 y 12.5 es medio y por encima de ese punto es con cuerpo.
- El olor del vino permite conocerlo, ya que éste desprende sus aromas y si pueden percibirse elegantemente, entonces se trata de un buen vino.
- El sabor puede ser la parte más difícil para un principiante, pero ten en cuenta que este debe ser equilibrado en sus tres puntos, es decir, el alcohol, acidez y tanicidad.
Al conocer los tipos de uvas más populares, el tiempo de barrica y tener en cuenta dichos aspectos, será mucho más sencillo tener una idea de qué vino elegir. Sin embargo, la práctica y la experiencia permitirán adquirir los conocimientos necesarios para desarrollar esta capacidad.