Así se reconoce un pollo en mal estado

La importancia está en el color


Habitualmente miramos con recelo a ese pollo que tenemos en la nevera que va cambiando de color poco a poco. Nada más lejos de la realidad puesto que la tonalidad que va adquiriendo el animal marca el estado en el que se encuentra su carne.

Las aves siempre han sabido enseñarle al mundo ''su estado de salud'' gracias a los colores. La calidad y la frescura del pollo se basa en eso y, normalmente si la carnita del animal adquiere un tono rosado está perfecta. Eso sí, existen muchas más tonalidades (rojiza, amarilla o violeta) que influyen en la compra y el consumo de las aves. ¿Quieres saber lo que significan esos colores? Sigue leyendo.

Nutrición y genética


Actualmente, la crianza de las aves nada tiene que ver con los métodos tradicionales de nuestros antepasados puesto que los avances en este ámbito han cambiado los métodos de nutrición y genética del pollo. Según la plataforma Todo Carne; las aves no consumen alimentos naturales que son los que les otorgan la pigmentación de la piel.

''Debido a la competencia por mercado, los productores de pollo comenzaron a agregar pigmento en el alimento de las aves, de esta forma, el consumidor final asocia la salud de las aves y la frescura del producto”, explican desde la asociación. Esta manera de alimentar a esta especie animal ha cambiado las ''normas'' de calidad antes de consumirlos puesto que el color de su carne es artificial. Ahora el color no importa tanto como antes.

¿CÓMO RECONOCER EL POLLO EN MAL ESTADO?


Lo más importante, según los expertos en Seguridad Alimentaria, es que el consumidor no debe rechazar este alimento tomando como única referencia el color. ''El consumidor debe tener en cuenta que el color por sí solo no significa que el producto esté en mal estado. El pollo tiene más probabilidad de estar podrido si tiene un olor rancio y es viscoso al tacto”, aseguran los entendidos.

Aunque existen ciertos consejos para ayudarnos en determinadas situaciones y cuando comprobemos que la carne está en perfecto estado: Un pollo fresco tendrá las patas de color amarillo y repletas de escamas pequeñas. Pero hay que fijarse también en que la piel sea lisa, tersa y uniforme. Si la piel del pollo tiene manchas, ¡no te lo comas porque no está bueno!

El color amarillo


Por todos es sabido que el pollo de color amarillo no es sinónimo de calidad. ¡Qué equivocado estás! Si compras un ave con esa tonalidad; ten en cuenta de que el animal ha seguido una alimentación 100% vegetal a base de trigo, cebada y maíz (esos cereales son los responsables de su pigmentación). Al contrario de lo que se piensa; los pollos de color amarillo son de excelente calidad y cuentan con una fuente recomendable de vitaminas y proteínas.

MÁS COLORES

Los pollos con la piel más oscura son viejitos. El color denota que los músculos del animal han sido ejercitados durante años. Si tienes en el congelador pollo, presta atención al color que se le queda cuando lo descongeles. Si tiene reflejos violetas o verdosos en la carne, el extremo de las alas oscurecido y/o el cuello decolorado verdoso, su carne no está en buen estado.

Fuente: Rebañando.


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